jueves, 2 de julio de 2015

Día de la filmación del tráiler

(Dos días antes de la filmación)

Dios mío, no, que no llueva el sábado. Que llueva antes o después, pero el sábado no, por favor.

(Un día antes de la filmación)

Bueno, parece que va a llover un poquito, pero a la mañana, a la tarde o siesta ya no. Y epa, que van a hacer veinte grados. El cambio climático, el calentamiento global, está de mi lado ese día. Bien, ultimo detalles con los dos actores. Me aseguro de tenerlo todo.
  • Chalecos y camisas
  • Utilería
  • Itinerario
  • Reservación en casa de té
  • $$ presupustado (+ el extra)
No estoy nerviosa, al menos, no mucho

(Día de la filmación)

Cinco de la mañana

¿Eso es lluvia? Dios mío, es lluvia, que no llueva hoy, que llueva...

Ah, no, pará. Que se llueva todo ahora, así a la hora de filmar exteriores no llueve. Eso, mejor me vuelvo a dormir. No estoy nerviosa, no.

Seis a ocho de la mañana

En estas dos horas tengo cuatro sueños. Del único que me acuerdo es que al final llueve, y llevo paraguas y les digo a los chicos "No importa, encaja con la escena, vamos nomás". Me acuerdo que la cámara se va a mojar, pero ya es tarde.

Me despierto y permanezco pensando en que no llueve, que no hará frío, que no me van a llamar a último momento diciéndome que no pueden ese día.

Mediodía

Preparo algo para comer, pensando en que si me llega a caer mal o me da algo durante la filmación, pero como igual. Demasiado líquido, ¿qué pasa si tengo que ir al baño durante... Ah, no, voy al baño antes. Estoy algo nerviosa. Bueno, bastante nerviosa.

Hora de la filmación

Salimos al sitio de la filmación. Pasamos a buscar a uno de los actores de paso, y vamos hacia el lugar de encuentro elegido. Llegamos casi al mismo tiempo los coatro. Demoramos media hora en ubicarnos, probar vestuario (uno de los actores pensó que la ropa se la daba yo, pero tenía moto y al final fue a su casa y volvió con el vestuario necesario), buscar ángulos.

Cuando estamos por comenzar a sacar fotos (filmar no podemos hasta que vuelva el otro muchacho), el mencionado vuelve, y podemos filmar. El fotógrafo prueba ángulos, le digo lo que quisiera lograr, les informo a D y S cómo son sus personajes y en qué situación están. Probamos varias tomas, sacamos fotos, ayudo con el flash. Me entero de cuánto trabajo es sacar fotos, "si quieres que salgan bien" me dice el fotógrafo.

Ahora sí estoy nerviosa.

Hablo mucho, me rio un poco, hago caso a lo que me dicen la camarógrafa y el fotógrafo. Terminamos algo más tarde de lo que pensábamos en el primer sitio, nos salteamos el segundo. La gente nos mira, quizás por el despliegue de cosas o por los chalecos rojos sobre camisas blancas que parecen uniformes esculares, pero no interfieren. Terminamos sin poblemas en el primer sitio, salteamos el segundo y vamos al tercero. D se va en su moto,nos devuelve la peluca y la guardarmos de nuevo con todo el cuidado posible.

Seundo exterior, menos nerviosa que antes, filmamos un par de escenas. Sacamos fotos, algunas me gustan más que otras. D se saca fotos con la peluca, los protagonistas proponen cosas para las fotos. Algunas me gustan y las ponemos en práctica. La gente nos mira y sigue de largo, extrañada, y terminamos sin problemas. Vamos a la casa de té.

El local está abarrotado, y vamos hacia nuestras mesas reservadas, una para los protagonistas, otra para el personal. Pedimos eso que los protagonistas comen en esa escena. Nos olvidamos de una cosa, lo pedimos y lo traen. Sacamos fotos mientras el pedido del personal queda en nuestra mesa. El local está lleno y sigue llegando gente. Hay un problema con los ángulos. Las chicas sentadas en una mesa cercana (a menos de medio metro) nos miran, y las digo que le sacamos fotos a los protagonistas, no a ellas.

La torta y el té me llaman. Tomamos fotos, les digo a los chicos que hemos terminado, y el personal se va a por una merecida merienda. Les doy a los actores su $$ acordado, y el chaleco que llevan puesto. La peluca vuelve a su bolsa. Hay personas conocidas por todos menos por D en la casa de té, los saludo de lejos.

Ya no estoy nerviosa, gracias a la camarógrafa, una colega escritora que sabe o que es todo eso. Le digo que no podría haberlo heho sin ella, lo cual es la pura verdad, en más de un sentido. Merendamos y, antes de irnos, paso porla mesa de nuestros ocnocidos. La camarógrafa y S los conocen. Vuelvo a casa más ligera, sabiendo que en una semana estarán las fotos y la filmación. Deber cumplido por mi parte.

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