miércoles, 20 de mayo de 2015

El largo camino hacia el éxito (que no siempre llega)

Piensa en tu libro favorito.

Ese que parecía escrito para tí, o que te hizo ver que había otros mundos, en este o en otro universo, que te causó efectos físicos al leer lo que sucedía, o que te dejó una resaca literaria que sólo el tiempo y otro excelente libro pudo curar. Sí, ese.

Busca quien lo escribió. Seguro sabes quién. Lees su nombre y te parece una estrella en en cielo, de esas que se usaban para orientarse en épocas pasadas, donde el GPS no existía y los mapas eran indispensables. ¿Has leído más de su pluma? ¿Has notado ese sutil cambio de tomo a tomo, o leído cómo esa obra rarísima en su repertorio tiene su mismo sabor, su mismo estilo? Sin importar si vivió hace mucho tiempo, o si vive aún, la realidad les mostrará el mismo rostro.

Mucho se habla de quienes publican un primer libro, volviéndose un éxito. Algunos serán olvidados, otros madurarán en una carrera literaria, algunas de ellas fueron a otros medios. Pero no es del éxito del primer libro publicado de lo que quiero hablar, sino de todos esos libros que fueron escritos antes. Antes de la primera novela o cuento que publicaron. Y tú también tienes los tuyos.

Tómalos y léelos. No importa si es de hace sólo un año o de varias déadas atrás, tómalo y léelo. Nota cómo tus ideas fueron cambiando, evolucionando, cómo la experiencia y el conocimiento, la imaginación y el propio estilo dieron frutos. Aunque te sangren los ojos y la vergüenza te llene, lee, lee y mira cuán lejos has llegado.

Piensa en tu libro favorito de nuevo.

Quien lo escribió también pasó por eso.

Oh, sí, la gran autora que publicó su primera novela y pasó de ser madre soltera en el borde de la pobreza a una millonaria filantrópica de seguro empezó con una primera frase, aunque sea gracias a los viajes en tren. Lo que quizás no diga es que antes de esa habían muchas, muchas más que nunca salieron a la luz. Como las primeras letras garabateadas en un cuaderno que de tan viejo huele a chocolate y polvo.

Oh, sí, el autor que era un pobre profesor envió ese manuscrito, recuperado de la basura por su esposa, publicada en una importante revista, salvando a su vástago porque pudieron pagarle un remedio carísimo que no sabían cómo obtener. Él también, y así con cualquiera que haya publicado algo de éxito. En él es más evidente, debido a que es muy prolífico: intentar e intentar e intentar.

Hay autoras y autores que tuvieron que enviar sus manuscritos a decenas, e incluso cientos de editoriales, hasta que una decidió tomar la posta. Elije a quien más te guste: los hay a patadas. Se ve, y se lee, en la literatura, la historieta (Manga, Manwa, Cómic, ...), el cine, la música, en todo arte que se te pueda ocurrir. Quienes más éxito tienen no son quienes son tocados por la diosa Fortuna, sino aquéllos que encuentran un punto de conjunción (el "punto de la silla de montar", si has graficado funciones en Cálculo II) entre talento, trabajo, suerte, y el golpear puertas.

Si no te abren la puerta, busca una ventana.

Insite, insiste, insiste, insiste e insiste, hasta que te den una oportunidad, aunque sea por cansancio. No te cierres en una rama, ve a otras editoriales, a la edición digital, a la autopublicación, haz una serie en línea, léelo y envíalo a un programa de radio en línea, publica en diario o revistas que soliciten autores, lo que sea. Pero múevete.

Ese gran éxito viene luego de muchos, muchos fracasos, y en cada fracaso se aprende algo. Construye tu palacio con los ladrillos que te han tirado, y siempre con el saber que así nacieron los escritos que más amas. Esos recuerdos que atesoras son el resultado de años de fracasos, de frustraciones, de ganas de tirar la toalla e irse a sembrar té a China.

Sigue adelante, sigue por todas esas personas a las que harás felices en el futuro. Piensa en cómo te ha ayudado esa novela, ese personaje que sufría lo mismo que tú, esa situación a la cual supiste cómo resolver gracias a ese libro. Hazlo por ellas, hazlo por ellos, hazlo por la historia que vas a escribir, y no hablo de esa novela, sino de lo que causará en el futuro.

El éxito no está asegurado, y eso duele, pero por eso mismo el dulce fruto del esfuerzo es tan delicioso. Es escaso, es difícil de conseguir, y sólo tú puedes obtenerlo. Las espinas abundan, los momentos de debilidad y de hastío llegarán, pero esta es una batalla que tú, y sólo tú, puedes librar. Y ganar. Aunque te derroten una y mil veces, sólo con ganar una vez habrás vencido.

Y el cambiar la historia, aunque sea un poco, vale la pena.

jueves, 14 de mayo de 2015

El largo camino de publicar una novela: trailers, o la cuasi imposibilidad de hacer todo sin ayuda

Este es otro de los puntos que las editoriales, en teoría, solucionan. Digo en teoría porque no es algo que todas hagan: el tráiler o avance del libro.

Se trata de un video corto, de unos segundos a unos pocos minutos, donde se intenta mostrar de qué se trata la novela en cuestión, para generar el deseo de saber más, de buscar, de encontrar, y que la novela se conozca. Puede ser de animación, con imágenes estáticas, personas reales, palabras sobre fondos, o una mezcla de todo lo anterior. A esto hay que agregarle el sonido, ya sea los efectos o la música, y la forma en que tratarás el video (escenas largas, cortas, transiciones, etc.).

No puedes hacerlo sin ayuda.

A menos que tengas grandes conocimientos de animación, mucho tiempo libre, las imágenes perfectas (y sus derechos), sepas componer música y una larga lista de habilidades, el resultado, si lo haces sola, sea un desastre. Puede que llame la atención, pero de mala manera, y eso si alguien le preste atención.

He participado en anterioridad en presentaciones de libros, y no es algo que aparezca en todas las ocasiones. También he tomado parte en un trailer de un libro; el resultado en la presentación del mismo fue más memorable que aquéllas en donde sólo se presenta un libro "a secas". El añadir material audiovisual aumenta tus posibilidades de exposición y que la gente te comente, te recomiende, te busque, te compre la novela y te de sus opiniones al respecto.

Así que, a la hora de hacer un trailer de tu novela, tienes que tener algunos puntos en cuenta:
  • Piensa en las escenas que más llamaron la atención de tus lectoras alfa y beta.
  • Luego, piensa en esas que más te gustaría mostrar a ti.
  • Añade frases y escenarios, y pon sólo algunas de las que más te gustaron a ti. Recuerda: el trailer es para llamar la atención del público, no para ti.
Una vez tengas en claro qué escenas o elementos quieras representar, llega la hora de contar las piastras. No me refiero sólo al dinero, sino a los recursos que tengas disponibles. Por ejemplo, en el caso de una filmación, ten en cuenta esto:
  • Pide ayuda o consejos a quienes ya lo hayan hecho antes.
  • Consíguete una cámara (los de celulares de última generación pueden servir) y asegúrate que esté en condiciones.
  • Si conoces a alguien que filme o saque fotos de temas similares, explícale lo que deseas y pídele un presupuesto.
  • Busca personas cercanas a ti que se parezcan a tus personajes, y pregúntales si desearían colaborar con la cultura local, y que se les recuerde por ello.
  • NO des por sentado que te ayudarán gratis, porque son familiares, amigos, o similares. Ofréceles alguna clase de compensación: dinero, una comida que compartan los personajes, alguna prenda que aparezca en el trailer y que sólo sirva para el vestuario, etc.
  • Siempre, siempre, siempre, pon los nombres de quienes participaron en los créditos del trailer, y en qué han ayudado.
  • Busca escenarios, exteriores e interiores, similares a los que aparecen en las escenas a filmar.
  • Pregunta si se permite filmar en ese lugar, en el día en que deseas filmar.
  • Haz un storyboard de las escenas, no del trailer completo. Eso viene después, a la hora de la edición.
  • Fíjate en tus personajes, y anota qué usan en las escenas que deseas filmar.
  • Pregunta a tus actores si tienen esas prendas (pelucas y accesorios también). Si no poseen siquiera similares, pregunta a otras personas de tu cercanía. Si no las tienen, es hora de comprarlas, fabricarlas por ti misma o buscar una modista o sastre.
  • Busca programas de edición de video y de sonido. Intenta hallar sitios donde tengan material audiovisual (imágenes, sonidos, videos, etc.) libre, o con licencia de copyleft.
  • Anota todo. Sí, todo, desde quién hace qué, qué se necesita, a qué hora, cuándo, el dinero necesario, si te han dado o no permiso, opciones por si algo sucede y no se puede hacer X cosa...
¿Parece mucho?

Lo es.

Pero vale la pena, por más de un motivo. Lo ideal sería encargarle a otra persona o empresa que se ocupe de todo, lo cual traerá un costo económico muy superior a lo que llevaría hacer lo detallado arriba. Si tienes el dinero, adelante y éxitos: si no lo tienes, es hora de rallar tu propio queso.

Además de involucrarte de forma más activa en dar a conocer tu novela (y aquí las débiles, indecisas o vagas no llegarán ni a considerarlo), hará que más personas sepan lo que estás haciendo, y que vas en serio, incluso antes que el trailer salga. En las ciudades y pueblos, la gente habla, en especial cuando suceden cosas poco comunes como estas. Por si fuera poco, el que haya más personas que deseen ver el trailer ya es un punto a tu favor, ignota escritora novel que desea conquistar el mundo literario. La madre se lo mencionará a la compañera de trabajo, el abuelo a su colega, el padre a sus amigos, la abuela a su club, sus hermanas y hermanos a sus círculos, y la lista seguirá.

Si bien no es una apuesta segura, es mucho mejor que no hacer nada y esperar a que la diosa Fortuna te sonría. Debes hacer tu propia suerte, y eso requiere trabajo. Si sale bien, no sólo te hará mejor publicidad que un tráiler encargado, sino que te dará a conocer en el mundo literario local, generará lazos y antecedentes. Puntos extra si avisas a los medios locales: lo peor que pueden hacer es decirte que no. Pero si dicen que sí, mi estimada, vas por muy buen camino.