viernes, 5 de agosto de 2016

La evolución de la comunidad literaria, caso de estudio "Alessandra Waitomo"

Una de las innumerables ventajas de tener amistades y colegas metidas en el mundo literario es ver cuánto y de qué manera se puede evolucionar. Es increíble el mirar atrás y ver cómo un avance más o menos constante puede hacer en un par de años.

La semana pasada fui a la presentación del segundo libro de Alessandra Waitomo, "Flores y monstruos de un bosque de letras". Además de la notoria mejoría con respecto de la primera presentación, se pudo apreciar que había varios niveles de diferencia entre su primera presentación y esta.

Todo, desde la edición del libro al cierre, tenía más y mejor nivel que su primera aparición como escritora editada. Además de proyectarse un corto basado en un relato sobre el Alzheimer, ha afinado la puntería respecto al ambiente que desea presentar. Regalaban plantas en macetas pequeñas, de esas que caben en una mano, por ejemplo. Algo original y que propone una mejora sin ser apabullante, como la suave sugerencia de un té ante el aroma de una taza humeante entre las manos de otra persona.

Dos años atrás, Alessandra Waitomo se presentó con timidez ante la SADE. Hoy, es parte de su comisión directiva, y ha traído una muy necesaria sangre nueva y joven a la asociación. Su trabajo en el mundo literario local ha hecho que el ambiente se mueva, junto con otras tantas escritores o literatas, haciendo girar la rueda y avanzando, desplazándose, evolucionando.